“No hay desarrollo integral si no hay educación integral; la educación o es integral o no es verdadera educación” y por lo tanto debe comprender todo el ser, que hacer, conocer y convivir del estudiante, donde obviamente entran también los valores afectivos, familiares, desarrollo del pensamiento, inteligencia emocional, cultura ecológica, relaciones humanas, uso racional de las tecnologías de información, acceso a la información y al mundo globalizado, historia, desarrollo sustentable y otros.
Los estudiantes se reconocen y son reconocidos por parte de los integrantes, sus propias potencialidades musicales y construyen vínculos que les permitan tener confianza en sí mismos, en los otros y por parte de los demás hacia ellos.
Con la danza los estudiantes conocen su cuerpo, actúan y se comunican mediante la expresión corporal, mejoran sus habilidades de coordinación, control manipulación y desplazamiento en actividades de juego libre y organizado.
Con la música desarrollan la sensibilidad, la iniciativa, la imaginación y la creatividad para poder expresarse a través del lenguaje musical.
A través de la poesía fomentamos las dimensiones comunicativas, lingüísticas, lúdicas, culturales y sociales, siendo todas ellas fundamentales para conseguir y desarrollar el aprendizaje integral del alumnado.
Con el coro los estudiantes de nivel primario mejoran la formación auditiva, teórica y práctica musical, desarrollan la memoria, la atención y aprenden a trabajar en equipo.
Es importante promover estas acciones en las escuelas conjuntamente con los estudiantes para así crear crear conciencia sobre el reciclaje, contribuir a la conservación de los recursos naturales y disminuir las demandas de energía.
Entre los beneficios que aporta el deporte al desarrollo de los estudiantes esta el favorecer el crecimiento físico mental, potencia la creación de buenos hábitos, impulsa los valores de responsabilidad, respeto, ayudando a superar la timidez y potenciando las habilidades sociales.
El teatro contribuye indudablemente a que los estudiantes tomen conciencia de la capacidad expresiva de su voz y aprendan a comprender e interpretar mejor el lenguaje, y, al mismo tiempo, colabora en hacer de ellos comunicadores más eficaces, competencia imprescindible en la sociedad en que vivimos.
La escuela, tiene que ser la formadora de esta conciencia social responsable entre los jóvenes de la actualidad, que se percaten de que son parte de una sociedad, que su identificación como individuos y todos sus logros son precisamente dentro de una sociedad, y que ellos son también responsables de lo que sucede dentro de ella.